Por Luys Coleto
Y ahora que Seymour Hersh confirma, geoingeniería submarina mediante, la falsa bandera del Nord Stream. Algunos hablando de ello desde el mismo 26 de septiembre (con la única duda de quiénes eran los mamporreros: o noruegos o daneses). Y posteriormente. Los reyes de las falsas banderas, los yanquis pues. Terroristas. De Estado. Leviatanes geoterroristas. Globalistas. Modus operandi mundialista: apuntan sus armas sísmicas superenergéticas directamente a una zona sísmica conocida de un país o países a los que quieren impedir que abandonen la diabólica “pureza” del Nuevo Orden Mundial. De esta manera, se aseguran una “negación plausible” (tan servicios secretos) hasta que la nación objetivo de guerra proporcione pruebas fehacientes suficientemente contundentes de que ha retornado al redil. Atentado, hogaño, una suerte de acción bélica “ecológica” en la que se altera el clima y se provocan terremotos y erupciones volcánicas, raudos ejemplos a vuela teclado, utilizando ondas electromagnéticas. Y extrañísimas ondas propagadas por el orbe entero. Ondas sísmicas, 16.000 kilómetros. Todo cada vez más sofisticado. Armas de destrucción masiva, pues. Bárbaro acto de geoterrorismo, otro más. De los anglocojones de los ídem y más allá.